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Martín Sánchez Treviño – ¿La escuela mexicana, una mexicanada?

Cuando los profesores escucharon hablar por primera vez de la “Escuela Mexicana”, se imaginaron que consistiría en revertir la reforma del ex Presidente Enrique Peña Nieto lo mismo que desechar los autores de otras nacionalidad y dar prioridad a los autores de nacionalidad mexicana, pero esto no ocurrió.

Al 5 de agosto, los libros de texto deberían estar en poder del estado para distribuirlo y, a Tamaulipas únicamente ha llegado el 55 por ciento de los libros equivalente a 2 millones de libros, pero como para la federación primero son los pobres, entonces se oriento la distribución a estados como Guerrero y Michoacán donde la distribución de los mismos libros de texto es del orden del 72% equivalente a 4 millones de libros.

En cambio, en esas regiones donde radica la fuerza de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, esa organización magisterial ha distribuido contenidos propios, donde los contenidos son ajenos a la Escuela Mexicana.

Y la idea general de los contenidos de la mexicanada de la educación mexicana sigue las mismas prácticas del modelo del ex Presidente Peña Nieto, deja de lado lo memorístico que en los planteles dejaron atrás desde el 2006 cuando el Presidente de la República era Felipe Calderón Hinojosa.

Lo mismo que en el tema de la evaluación de los profesores y los alumnos el criterio y la calificación está enfocada a la disciplina es de disciplina y no se ve como un avance o un resultado de la educación.

Que de acuerdo con los paradigmas de los pedagogos y demás especialista de la educación debe ser un reto de los docentes y los estudiantes, es todo lo contrario. Si a este hecho le sumamos una dosis de las aspiraciones del idealismo de la Cuarta Transformación para generar empleos, parecen de “piñon chico”.

Es decir, hablan de generar empleos y de promover la instalación de empresas y maquiladoras pero el concepto de estas es de la década de los años 70 del siglo anterior, lo cual no corresponde a la época actual y a la problemática que enfrentan los desempleados.

Quizá porque la visión de los que participan en la Cuarta Transformación es limitada, actúan como ajenos a ella, atropellados ante una tarea relevante para este país y de trascendencia para el futuro de México. Algo parecido sucede en los mandos educativos de esta entidad.

Por lo pronto mañana en esta capital tendrá lugar el segundo “taller” denominado supervisores al 100, de la Nueva Escuela Mexicana, que ni siquiera entienden ni conocen, pues apenas pudieron leer las primeras directrices de la mexicanada de la escuela mexicana.

Es decir, es el solo nombre porque los contenidos son los mismos, las practicas, los autores. La novedad es que en lugar del maharasi del ex gobernador Manuel Cavazos

Lerma, lo profesores tendrán una dosis de activación física, denominada o mejor conocida como Zumba. Esto ante la ausencia de libros de texto.

El detalle no es ni consiste en bailar, sino que quienes reciben los cursos de la nueva escuela mexicana son maestros que se desplazan con muletas, en sillas de rueda y por si fuera asunto de discapacidad, están bloqueados antes las nuevas, si es que hubiera, corrientes de la educación.

Lo mismo sucede en los cuerpos directivos de los planteles escolares, que defienden y cuidan sus puestos, porque van por las ganancias de los uniformes, las cooperativas, las rifas y tómbolas de los padres de familia. Porque de la sección del SNTE le exigen una cuota por permitir ejercer una dirección. Esa es la mexicanada de la escuela mexicana.

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