Cena de Negros

Editoriales 0 34

Marco A. Vázquez – Salarios

Como recordatorio maternal resuenan las cifras y los hechos que denuncian diversos organismos civiles y públicos en el sentido de que existen 52 millones de personas en pobreza extrema y acusan que las políticas de desarrollo social son inútiles, tanto, que ni siquiera pueden garantizar el derecho humano a la alimentación.

Desde luego que ofenden los datos, pero resulta todavía más doloroso que en respuesta el gobierno  anuncie que aumentaran los salarios mínimos a 111 pesos, así como si salieran los dineros de sus bolsillos, como si estuvieran dispuestos a sacrificar la recaudación con tal de que las empresas paguen salarios más justos a los trabajadores y no trasladen eso al costo final de lo que ofertan.

Conste, este gobierno de Andrés Manuel no es el culpable de la pobreza que existe en México, incluso sus políticas de asistencia social quizá sean efectivas para ayudar a los más pobres por cierto tiempo, la pobreza en México es resultado de políticas erróneas de los gobiernos del PRI, principalmente, pero igual del PAN que no supo atacar el fenómeno a tiempo.

De lo que si podemos acusar al gobierno actual es de no tener una idea clara de cómo combatir el fenómeno, lo dicho mil veces, sus políticas no van a generar riqueza, van a hundir a la clase media, a empobrecerla porque tendrá que seguir pagando servicios e impuestos caros y golpearan el aparato productivo del país al que no se le reducen impuestos ni se les beneficia con servicios más baratos o algo que les ayude a mitigar el pago a sus trabajadores sin tener que trasladarlo a los precios finales de los productos o servicios que oferten.

Vaya, subir salarios no se reflejará en los bolsillos de los mexicanos, por más que el presidente habla de que habrá un control de precios, de la inflación como lo presume, la realidad la vemos en el súper, cuando se trata de comprar carne, aguacate, huevo, leche y hasta tortillas.

El problema de la pobreza parece no tener solución, no se ve para cuando vaya a haber dinero suficiente en cada familia como para que puedan elegir sus alimentos, ya por lo menos, es decir, mientras el gobierno presume tener ahorrado millones y millones de dólares con su austeridad a los mexicanos nos hace falta hasta para el micro o la gasolina.

Mientras tanto, mientras organismos civiles acusan la peor crisis económica, social, de respeto a los derechos humanos y de seguridad en México, mientras el gobierno responden que nada es verdad, que estamos mejor que nunca y hasta como para dar envidia a los habitantes de otros países, mientras todo eso ocurre, los políticos siguen entretenidos en lo suyo, en el escándalo mediático que pueda encubrir los millones de pesos que se embolsan por no hacer nada.

Andrés  Manuel lo sabe, él parece un presidente que tiene buena voluntad y por ello describe lo que pasa, en México se gana menos que en los países de Centroamérica, si, a esos que estamos ayudando con proyectos para que generen empleos y no nos envíen migrantes y por eso su propuesta de mejorar salarios.

Pero a su alrededor todo parece indicar que los escándalos políticos son más importantes que la vida de los mexicanos, vea usted para donde vea y no se vislumbran cambios, los políticos siguen empecinados en seguir mezclando la política con la economía, con la seguridad pública, con la educación, y hasta con la salud o lo que les sea posible y les reditué votos o dinero, lo que caiga primero.

Por supuesto, la sociedad también se distrae, hasta este momento no se han encontrado propuestas para hacer trabajar a los legisladores, para que piensen en leyes que en realidad beneficien al colectivo y no a unos cuantos, que impidan la especulación de precios en los productos de la canasta básica, para frenar el aumento constante del gas, la gasolina y la electricidad o el agua.

Los legisladores de hoy lo único que piensan es que ya tienen fuero que les protegerá de sus raterías o delitos cometidos en esta o en pasadas administraciones federales y, en casos más amables, andan pensando en cómo atraer votos para su futura incursión en campañas para competir por puestos de elección como gobernadores o alcaldías y el caso de los legisladores tamaulipecos es ilustrativo al respecto, busque nombres para cualquier tema y los encontrará.

En realidad la pobreza que acusan las organizaciones civiles se vive, se sufre, hay problemas graves al respecto, miles de tamaulipecos, millones de mexicanos en este momento no alcanzan para comer una vez al día, menos para vestir, y ni para pensar en una casa y de ahí nacen otras dificultades que ahora padecemos como la violencia e inseguridad.

Por eso lo invito nuevamente a que busque en su cabeza la forma de obligar a los legisladores a trabajar, a pensar realmente en los mexicanos, o ya por lo menos, en quienes podrían elegirlos el día de mañana para que puedan ocupar otro distinguido puesto público.

Estamos más pobres que nunca, es real que lo que dice Andrés Manuel que se tienen que pagar salarios más justos pero lo que no se ve es cómo hacerlo, se tiene que encontrar como provocar que la empresa no lo sufra y ese es el problema,  tenemos políticos muy grises o desinteresados en los mexicanos como para emplearse en buscar soluciones y en el pueblo ni siquiera contamos con un peso en la bolsa para cubrir nuestras necesidades y empezar a buscar solución a ese problema, esa es nuestra triste realidad.

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