Messi corona otra remontada

Deportes 0 57

No hay opción. El Barcelona remontó un partido complicadísimo, sufriendo, incluso con polémica, pero agarrado a la fórmula imbatible: el acierto de Suárez y la precisión de Messi. Ni siquiera fue necesaria una gran versión del 10, que aprovechó un golpe franco en su posición favorita para amarrar los tres puntos. Ayudó al triunfo azulgrana que el colegiado no viera un penalti clamoroso de Umititi, a remate de Munir. Merecieron los vitorianos más premio en el Camp Nou.

Al margen del desenlace, esta vez los retoques en la alineación de Valverde no funcionaron demasiado. Propició el estreno como titular de Coutinho, recostado sobre el costado derecho, y dio descansos a los laterales y a Busquets, confiado en el buen momento de Rakitic. En realidad se trataba de rodear de todo el talento a Messi a costa de perder profundidad por las alas, y ahí el Alavés se encontró cómodo.

El año pasado ya ganó el conjunto vitoriano, con un excelente Ibai. El interior zurdo fue decisivo en las contras, aprovechando las ausencias de Semedo. En la primera le tapó Ter Stegen cuando Hernán Pérez le sirvió el gol en bandeja. En la segunda sirvió un pase extraordinario a la media vuelta para Guidetti que el sueco aprovechó de aquella forma. Encaró al alemán, amagó el tiro cruzado y, al resbalarse, el tiro le tocó el pie derecho, cambiando la dirección. 0-1. Sorprendente.

El mérito indiscutible de los vitorianos, incomparables en juego y ánimo a los que fueron antes de la llegada de Abelardo, también fue contener hasta el descanso a un desatado Messi.Regaló regates antológicos a Sobrino y Guidetti, exigió un paradón a Pacheco al desviar contra el palo una falta directa, y regaló, antes del descanso, una arrancada incontenible que dejó atrás a tres contrarios.Sólo falló la pared final con Luis Suárez.

Que la apuesta inicial fue fallida se demostró al poco de iniciarse el segundo acto.Después de unos minutos de tanteo, sin producir una buena ocasión para acelerar el pulso, Valverde relevó a ambos laterales. Alba y Sergi Roberto al césped. Imprescindible abrir el campo para probar a la eficaz defensa vitoriana, atenta a cualquier pelota dividida. En cinco minutos ya había llegado tres veces Alba por el costado izquierdo, una de ellas detectada por Messi y bien taponada por la zaga alavesista.

Pudo el Alavés sentenciar en una contra extraordinaria detonada por Guidetti, que devolvió a Ibai el pase a la media vuelta. El interior se plantó solo, se frenó y acabó la acción Duarte. Piqué desvió el remate, providencial. Esa oportunidad despertó al Barça, que se fue arriba definitivamente. Evitó Pacheco el empate en un mano a mano con Suárez, y después taponando con la cara un remate a bocajarro de Paulinho. Nada pudo hacer en la volea de Lucho, desviada por Piqué, tras internada y servicio templado de Iniesta. Fue el momento, también, para que Abelardo refrescara el ataque con Munir por Guidetti, desfondado. El sueco es jugador de grandes escenarios.

La presión azulgrana no emborronó el grandísimo partido del Alavés, un equipo ordenado, solidario y punzante. Pero se masticó la jugada cerca del área visitante, superpoblada. Una falta de Wakaso a Alcácer, que venía de fuera de juego, brindó la opción perfecta a Messi para lucir su precisión en el golpe franco. Pachecho no llegó esta vez y remontada completada.

El tramo final fue una película de terror para el Alavés, que vio cómo se escapaba una fea acción de Suárez en un córner y un penalti clamoroso de Umtiti, a remate de Munir. Ibai se volvió loco en la protesta. Lógico. Merecieron más premio que los halagos por su buen partido ante un líder imbatible. Entre Messi, Suárez y los detalles no hay manera de meterle mano.

Noticias relacionadas