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Martín Sánchez Treviño – Los tropiezos de la democracia

Bien por el esfuerzo de Ciro Murayama Rendón, durante la presentación del libro, “La Democracia a prueba, elecciones en la posverdad”. Fue motivo para que los y las titulares de los organismos electoral de esta entidad estuvieran presentes para vestir el evento. No deja de ser un buen ensayo, con ciertas limitaciones porque tiene la visión de un consejero electoral y no de un consejero libre con capacidad de arrojo para hacer una autocrítica, o al menos un análisis de la institución donde el al igual que otros han tomado nombre.

La democracia esta aprueba desde que los griegos crearon este concepto, lo desarrollaron y lo aplicaron en la Antigua Grecia, aunque el concepto no se agotó con los griegos en los años posteriores hasta nuestra era la sociedades y corrientes políticas han sido incapaces de crear un concepto que revolucione y dinamice el contenido de la democracia.

Que por cierto, es necesario que quienes se desempeñan y se aplican en esta disciplina desarrollen los contextos de la democracia en cada país, nación, entidad, región, municipio o demarcación. Ya que es en el territorio donde actúan lo partido de factum y sin identidad, pero que se hacen presentes en las urnas.

Así tenemos, que en los últimos 30 años el país y sus regiones tiene de factum nuevos entes que sin identidad electoral organizan, mueven y modifican los resultados de los electores en las urnas.

Y aun cuando el organismo electoral del Centro de la República Mexicana, ha creado nuevos acuerdos y decretos para evitar el manipuleo de los electores y el voto de estos, han sido incapaces de revertir la actuación de actores externos a la responsabilidad electoral.

Y cada vez que hay elecciones pareciera que esta a prueba la democracia y la transparencia de los organismos creados para que los ciudadanos crean y confíen en los entes electorales, pero lo cierto es que en cada elección se alejan más y más del anhelo social denominado democracia.

No es nuevo que el Organismo Nacional Electoral se autoengaña en cada proceso electoral nacional, regional o municipal. Pues el financiamiento suficiente los partidos y candidatos lo tiene de otras fuentes y no precisamente de la autoridad electoral. Basta recordar los tiempos en los que el Revolucionario Institucional les ponía precio a las candidaturas d elección popular para que únicamente se registrarán los preferidos para los cargos correspondientes.

En otras épocas los distractores sociales fueron los carnavales, pero una vez agotada la función y encomienda de estos, surgieron los organismos electorales, para que los ciudadanos desenfrenen sus inconformidades en las urnas, espacio del que otros mandos de factum, tiene el control. He ahí uno de los motivos de la muerte del malogrado candidato a la gubernatura de Tamaulipas en el 2010.

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