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Editoriales Off 41

Martín Sánchez Treviño

¿Una violencia institucionalizada?

Las manifestaciones de las mujeres en las sedes de las comisiones de derechos humanos del país en el marco de las elecciones de próximo año pudieran entenderse por parte de la autoridad, como una acción que mueven “los conservadores” al menos que la autoridad federal haya identificado otras causas.

Protestas que han convertido en focos de violencia los centros creados para atender las quejas de la población civil desde la perspectiva humanas de las víctimas del dolor generado por violencia que en la última década mancillaron a las familias mexicanas.

La toma de oficinas sedes de defensorías se ha convertido en una practica ordinaria de los colectivos de mujeres que reclaman que los organismos oficiales cumplan con las funciones para las que fueron creadas.

Al menos que esos organismos como las contralorías, institutos de transparencia y otras dependencias gubernamentales hayan cumplido con los objetivos para los que fueron creadas. De ser así, una de las características de la 4-T debería ser desaparecer las mismas y crear nuevas instancias donde los civiles puedan dirimir sus quejas.

O será que la violencia contra los grupos vulnerables como son las mujeres, los jóvenes y niños se ha convertido en una violencia institucionalizada?. Pues de ser así, la sociedad del primer cuarto del tercer milenio está solicitando con sus protestas la extinción de instituciones que habrían ignoraron su naturaleza.

A todos visos resulta vergonzante que la Comisión Nacional y las respectivas Estatales, sean objeto de quejas de parte de una población que ven en estas la última trinchera, para la defensa de sus quejas por la desaparición forzada de un pariente, el abuso de alguna autoridad.

Más que lamentable que las instancias que emiten recomendaciones en contra de una autoridad policiaca a la que envían apercibimientos, soliciten la intervención formal de las fuerzas del orden.

Es decir, los formatos originales de las defensorías evidencian que están agotados y por lo mismo la siguiente instancia necesariamente tendrá que ser un organismo internacional, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos al menos que intervenga la Organización de las Naciones Unidas.

Lo acontecido en las oficinas de los derechos humanos afecta directamente a la administración federal, que casualmente hasta antes de la actual administración no había reportes que desacreditaran a estas instancias.

Ahora bien, lo derechos humanos ocupan un sitio importante en las últimas reformas al sistema penal acusatorio, en el cual tiene participación en el nuevo formato de la administración de la justicia que se administra a los justiciables y de esa manera se garantice procedimientos no inquisitorios, en los que se presume la inocencia del acusado y se garanticen sus derechos.

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