“Mi interés por ayudar viene de herencia”: Javier Grimaldo, activista en Güémez

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ESPECIAL

Guémez, Tamaulipas.- De su generosidad se sabe más allá de la tierra del filósofo. Tiene años aportando para las causas nobles sin esperar nada a cambio.

“No me da dolor dar, me da más dolor no poder dar más” dice Javier Grimaldo Torres, oriundo de la ex hacienda El Carmen, profesor, constructor y citricultor.

Y agrega: “Comparto un poquito de las bendiciones que Dios me ha dado”.

Estudió la Normal Superior en Ciudad Victoria y por 18 años consecutivos ejerció el magisterio en Nuevo León, “sin despegarme de la tierra en que nací”.

Comenzó su tarea social apoyando obras de remodelación de los cinco templos religiosos de su comunidad. Incluso aportó el financiamiento para uno completo.

Su actividad se extiende hoy a otros ámbitos y segmentos de población vulnerables, pero niega fines políticos.

-¿Busca un cargo por elección?
-Aspiro a seguir ayudando como lo hemos hecho desde hace años. Mientras haya vida y salud haremos por la gente lo que esté a nuestro alcance.

Aunque jamás ha ocupado un cargo público ni tiene familiares que lo sean, esto no le impide tener sus opiniones.

-¿Cómo concibe la política?
-Debiera ser el servir, administrar sobre todo, ejercer los presupuestos fielmente y con honestidad como principal baluarte. Desgraciadamente es el elemento del que se carece más en la actualidad.

-¿Algún político que reconozca y admire?
-Desde luego, uno ya fallecido, Luis Donaldo Colosio, por su visión clara de lo que México es, la revolución de sus ideas y lo que quería para mejorar las condiciones de vida de los mexicanos.

LA HERENCIA SOCIAL DE SU PADRE

José Javier Grimaldo Torres nació el 4 de abril de 1964, hijo de Emilio Grimaldo Guerrero, oriundo del ejido La Diana, y de Micaela Torres Borja, de Guillermo Zúñiga, comunidades enclavadas también en la región citrícola.

Está casado con Arely Yareth Maldonado Zárate.

Tiene cuatro hijos: Mariana, Rodolfo, Javier y Paola.

Cursó preescolar y primaria en El Carmen, secundaria en El Barretal y preparatoria y profesional en Ciudad Victoria. Tiene la licenciatura en Ciencias Sociales.

Simultáneamente con la normal hizo dos semestres de Relaciones Públicas en la UAT, pero por cuestiones económicas no pudo con las dos. Se quedó con la primera.

Egresó con mención honorífica. De esa generación de 200, solo tres se hicieron acreedores a ese reconocimiento.

Habla de su tarea social.

-Es herencia de mi padre (ya fallecido), el primer comerciante de la región de San Carlos, Padilla y Guémez. Muchas veces la gente no tenía para surtir su tiendita y él les dejaba a crédito.

Aún así algunos no le podían pagar y le daban que un jabalí disecado, carne de víbora, que gallinas, huevos. Siempre optó por apoyar, inclusive en la mesa no se me olvida que comía e invitaba a sus trabajadores.

Hace 17 años las condiciones económicas de Javier dieron un giro. Acostumbrado a la cultura del esfuerzo comenzó con una empresa de construcción en Nuevo León.

Aún cuando le consumía más de su tiempo, los fines de semana eran en El Carmen.

Vecinas y vecinos le solicitaron colaboración para una y luego otra de las iglesias de la comunidad, y ahí comenzó todo. Una la donó completa, desde sus cimientos.

-¿De su bolsa?
-Todo. Son de las bendiciones que nos ha dado Dios, no hemos recibido subsidio de ningún lado para ejercer actividad social. De lo que Dios nos ha dado hemos compartido un poco de lo nuestro.
Siempre le gustó la ingeniería civil, pero sin olvidar su pasión por el magisterio.

-¿Es de los que agarraron el gis?
-Conocemos el gis, no somos alérgicos a él. Estudiamos para profes, nos gusta y le apostamos a la educación. Muy loable ejercerla pero me absorbió la construcción.

MAL DESEMPEÑO DE ALCALDES

Pertenece por completo a la sociedad civil. Ni por afición ha participado en campañas políticas. No está afiliado a ningún partido político pero tiene sus opiniones.

El reportero le insiste:

-Supongamos sin conceder que fuera candidato a la alcaldía ¿está preparado para administrar Guémez?.

-Hace 17 años que iniciamos nuestra propia empresa. Ha sido exitosa, sabemos de administración y más de recursos humanos porque lo he dicho en reiteradas ocasiones, no se necesita ser político para ayudar, solo sensibilidad, buena fe y voluntad.

-¿Conoce los problemas del municipio?
-Son muchos. Conozco los básicos, cuestión de salud, educación, transporte, personas que no pueden salir ni entrar para ir a trabajar o los muchachos a la escuela. Hay problemas de agua potable empezando por la cabecera, ejidos como Flores Magón, Revolución Verde, Constitución del 17 y dale para allá con La Parrita, Ceylán, Acatlán que padecen del mismo mal.

-Hipotéticamente, si usted fuera presidente ¿qué es lo primero que haría?.
-Atender la cuestión de la salud. La gente paga más de gasolina por ir a la ciudad a comprar un medicamento común, y por supuesto que no tienen para el combustible. Es todo un martirio ir a la capital. Las comunidades necesitan una ambulancia, médico y medicamentos.

-Ya para dejar el tema político ¿qué opinión le merece la actuación de los últimos presidentes municipales?
-¡Mala! – no duda en responder.

-¿Así con esas palabras?
-Bueno también ¡Desastrosas! Porque no le han dejado a las comunidades un sustento del cual pudieran subsistir y desarrollarse en tiempos de crisis, como helada de cosechas, sequías o una pandemia como las que nos aqueja. Las familias no tienen de donde comer.

Asegura que a todos les ha faltado esa sensibilidad que dicen que tienen pero que realmente carecen de ella. No hay valores, no hay principios en su corazón y se llenan de poder.

-Los guemenses ¿abandonados de la mano de Dios?
-No, no. En mis recorridos que hago por las comunidades la gente no se queja de Dios, se quejan ¡De los políticos!.

LA LEYENDA DEL FILÓSOFO DE GÜÉMEZ

Dejamos atrás los escabrosos temas de la política.

Grimaldo Torres es un vecino de carne y hueso como cualquiera. No es político ni se ha metido en las campañas.

-De adolescente y joven ¿con qué soñaba?
-El ser feliz y creo que he sido. Hemos aprendido a vivir con lo que tenemos, a disfrutar la vida y, sobre todo, tenemos una paz interior que es la que nos permite desenvolvernos en el terreno que sea, donde sea y a cualquier hora.

-Dicen que nadie es profeta en su tierra ¿usted regresa a su tierra?
-No regreso, siempre he estado aquí. Sábados y domingos religiosamente estaba en la comunidad y los periodos vacacionales. Ahorita ya tengo años aquí.

-¿Madrugador y desvelado?
-Madrugador por naturaleza. Para las cinco de la mañana, es el relojito, despertamos y esperar el alba para ver la luz del sol y realizar las actividades que más nos gustan.

-¿Aficiones?
-De siempre el futbol y mi equipo favorito los exitosos Tigres. La pesca, cacería sustentable por supuesto, la monta de caballos. Somos del campo.

-¿Le gusta el baile?
-Me gusta ver cantar y bailar a la gente, lo disfruto y aplaudo… Pero yo no se bailar.

-¿Comida preferida?
-Nopales, cabrito y mariscos. Tortilla de maíz martajado, amarillo o rojo, y por supuesto que los jacubes y quelites que son geniales.

-¿Le ayuda a su esposa en la cocina?
-Ocasionalmente, sobre todo los fines de semana que tengo menos actividad. En los almuerzos es donde me empleo un poquito.

-De la leyenda del filósofo ¿qué nos puede decir?
-Viene siendo como la biblia de Guémez, la del pueblo, de la gente con sus dichos y frases. Juega con lo objetivo, lo real y nos da risa y nos hace ameno el día.

-¿Tendrá algo de verdad?
-Es el conocimiento empírico de nuestros ancestros que le daban una explicación lógica y obvia a las cosas, los fenómenos naturales y sociales. Es un “personaje” al que valdría la pena darle realce, reconocimiento, promoverlo como baluarte turístico. Valdría la pena.

-¿Pueblo mágico?
-Exacto, el Pueblo Mágico del Filósofo de Guémez ¡Imagínese!. Una de las frases más celebres a la entrada de la comunidad, promover libros, el souvenir. Hay formas y maneras de que existiera una biblioteca, tiendas en torno a esa figura.

-¿Escribir Guemes con “s” o con “z”?.
-Si desde su fundación el origen es con “s” bien valdría llevar iniciativa ante quien corresponda, en este caso al Congreso del Estado. Así debería de ser.

Y Javier Grimaldo Torres finaliza la entrevista de 15 minutos con los planes de su tarea social :
-Queremos ampliar el proyecto, hacerlo más grande, es un proyecto sagrado porque sólo Dios sabe por qué me puso en este camino. La intención es sana y, más que sana, sagrada, sagrada de ayudar y servir.

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