Llevan el “Table” a domicilio

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EL UNIVERSAL

A pesar de la pandemia por Covid-19, distintos negocios han creado protocolos de sanidad para seguir laborando. “Mi Último beso” es una empresa en la Ciudad de México dedicada al entretenimiento para adultos a domicilio desde hace siete años y tras dar a conocer su nueva forma de trabajar al adoptar un protocolo de limpieza y desinfección de los lugares donde se presentan, han atraído la atención del público.

“Acondicionamos el espectáculo para que no tuvieran que salir de su casa y tratamos de hacer un protocolo sanitario muy estricto; estamos en contacto con las chicas y al pendiente de su salud. Somos pocas personas por las medidas. Medimos los metros donde se van presentar y todos nos tomamos la temperatura para que el cliente vea que es recíproco el cuidado. Somos una empresa que busca renovarse y mantenerse. Lo que hacemos es ver cómo sobrevivir”, dice Valente Estrada, quien dirige El Table a tu Casa.

El fundador de “Mi Último beso” se considera nostálgico de la época de oro y de la vida nocturna del México de Cabarets. Inició como payaso, cantante y actor y fue transformando e incorporando lo que buscaba presentar en un espectáculo, hasta que llegó al entretenimiento para adultos. Ahora trabaja con 30 mujeres y 20 hombres.

“Mi idea es ir a domicilio presentando un espectáculo de gama bien hecho. Está enfocado en ser como un cabaret móvil, pero se le puso el nombre de “Table a tu casa”. También hacemos despedida de solteros y solteras. Tú eliges la modalidad del show y si hay o no desnudo total, acompañado de luces y sonido”.

Antes de la pandemia, “Mi último beso” realizaba cerca de 35 presentaciones al mes, pero ahora, en un mes han hecho 10 presentaciones y en ellas han tenido que sumar el protocolo de sanidad. “Nos quitamos todo, menos el cubrebocas”, comenta Luna, bailarina de Table a tu casa.

A pesar de que “Mi último beso” tiene varios años operando de esta manera; en marzo, los centros nocturnos de diversas partes de la república que contaban con mujeres bailarinas tuvieron que cerrar por la emergencia sanitaria y algunos vieron en las redes sociales la oportunidad de mudarse de lo físico a lo virtual o de anunciar servicios a domicilio.

Para inicios del mes de abril, se iniciaron investigaciones por posibles casos de explotación de mujeres y diversas formas de violencia, al hallar que se ofertaba mediante flyers difundidos a través de redes sociales y mensajes de WhatsApp, servicios de entretenimiento para adultos. Algunos sitios hacían énfasis en los paquetes a adquirir donde las jóvenes podían presentar topless o desnudo total.

Asociaciones defensoras de derechos y feministas abolicionistas, exigieron a las autoridades competentes que se investigue a los centros nocturnos y negocios que ofrecen servicios de ‘table dance’ a domicilio, haciendo hincapié en Tlaxcala, donde fueron detectadas actividades de sitios que han sumado denuncias por trata de personas y explotación sexual en la entidad.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) se pronunció al respecto y mencionó que esta situación “atenta no solamente contra el derecho a la salud, sino por discriminación y posible trata de personas con fines de explotación sexual”. La CNDH también señaló la obligación y necesidad de instrumentar acciones a favor de las personas que enfrentan violencia en cualquiera de sus formas, en particular las mujeres y niñas.

“Yo siempre digo que el show debe continuar y es necesario hacerlo ahora para generar empleos”, dice Valente. “El problema aquí es que la gente está mal informada y el tema está un poquito distorsionado. Nosotros no somos el giro negro que se transformó. Nosotros tratamos de hacer las cosas por la derecha. Tratamos de generar empleos y tenemos como garantía la seguridad y la responsabilidad de que estamos haciendo las cosas correctamente y hemos tenido que defender el espectáculo para adultos que se basa en el baile erótico y disciplinas”.

Luna, como prefiere ser llamada, lleva un año como bailarina en “Mi Último Beso”. Es originaria de Chihuahua e inició como modelo en una ExpoSexo. Ahora divide su tiempo entre su trabajo y sus estudios de enfermería en la Ciudad de México.

“Ser bailarinas no es nuestra mejor opción, ni la más fácil; tampoco es porque no tengamos nada que hacer o qué estudiar, somos mujeres que no solamente nos dedicamos al baile, la mayoría somos profesionistas o amas de casa. No es tan fácil como pareciera; todas tenemos un paso más a seguir en la vida profesional o familiar y esto nos ayuda. No es lo único, ni el fin, pero es parte de nuestra vida”.

A Luna le gustó el baile desde temprana edad, desde pop, merengue hasta reguetón. “Bailar siempre ha estado ahí y siempre me ha sacado adelante; me ha abierto muchas puertas y me permite mostrar quien soy”. Conoció a Valente por medio de una amiga y decidió trabajar con él para poder solventar los gastos de su carrera y su vida personal.

“Nada tiene que ver nuestro trabajo con el trabajo sexual. Lo nuestro es artístico, un espectáculo. No por llevar la palabra erótico o sensual significa que va a terminar en un acto sexual. Todo se maneja bajo contrato, tanto el personal como el que contrata sabe que es lo que va a recibir para evitar malinterpretaciones. En el espectáculo participan bailarinas, comediantes y animadores. Hay explotación y trata pero no en este negocio”.

La fundadora de la Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer, “Elisa Martínez” AC, Elvira Madrid Romero refiere que han aumentado los niveles de explotación en los últimos meses por el desempleo o escasez de recursos lo que, en su mayoría, ha orillado a las personas a buscar diferentes formas de obtener un ingreso.

“Sí, hay más explotación pero porque la misma crisis las está orillado y son las mujeres quienes cada vez corren más riesgo. Las personas buscan la forma de sobrevivir”. Diferentes personas han querido tomar ventaja de la situación de necesidad por la que pasan bailarinas y trabajadoras sexuales y por ello se han encendido las alarmas ante la explotación sexual o la trata de personas.

“Cuando cerraron los hoteles, trabajadoras sexuales denunciaron a un grupo de hombres que estaban ofreciendo su departamento en 50 pesos la entrada y por un hueco en la pared filmaban. Las trabajadoras sexualmente que no cedieron ante la extorsión sufrieron de agresiones sexuales y les fueron robadas sus pertenencias”.

“Ahorita es el momento de rescatar. Hay bailarinas sin empleo. En el diagnóstico de calle vimos que aumentó 40% la cantidad de mujeres y trans que se dedican al trabajo sexual en la vía pública. Dicen que los table dance y el trabajo sexual son explotación, pero ahorita que las compañeras quieren ser salvadas de la crisis y el hambre por esas rescatadoras, a nadie vimos, nadie estuvo”.

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