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Editoriales Off 39

Martín Sánchez Treviño

La agricultura al borde del colapso

El debilitamiento de las finanzas mexicanas, en los últimos 2 años se han transportados a la actividad primaria y a otras como son las turísticas vinculadas al sector rural en actividades cinegéticas, aunque estas se desalentaron cuando la violencia se agudizó en la mayoría de los municipios del noreste.
Fue una actividad alternativa que se fortaleció en algunas regiones con tradición cinegética donde los productores pecuarios impulsaron en sus predios la cacería de venado y otras especies por lo que la actividad cinegética se transformó en una actividad posicionada.
En algunas regiones de norte de Tamaulipas la cacería y la producción pecuaria se conjugo con la explotación de gas natural sobre todo en la zona de San Fernando hacia el noroeste de la entidad y, se ha consolidado como una actividad alternativa y sustentable.
Que a diferencia de la agricultura está esta en desventaja, pues la mayoría de los yacimientos de gas natural se localizan en zonas no utilizadas sino para el pastoreo del ganado.
En sentido contrario los productores de sorgo, maíz y oleaginosas únicamente tienen como alternativas la rotación de cultivos, actividad que no ha sido generosa, pero sobre todo no ha mostrado otras opciones, pues para muchos de los agricultores ni siquiera es rentable el comercio de la tierra o de los equipos agrícolas.
Los agricultores han sorteado la actividad en otros tiempos con retos diferentes pero en la actualidad enfrentan una de las crisis más severa ya que en últimos tiempos, pero en los 2 años anteriores se agudizó la sequía de recursos de origen federal, pues actualmente la mayoría de estos enfrentan carteras vencidas que agudizan su tránsito ya que el precio de la producción no es equitativa ni garantiza la operación de la actividad.
Y la única alternativa que se observa es de que miles de estos abandonen la actividad agrícola, por falta de apoyos oficiales lo mismo que por estar en cartera vencida con bancos y, severos atrasos en los pagos a agiotistas lo mismo que con empresas de semillas y gasolineras donde han obtenidos insumos.
Pareciera que la realidad los rebasó, ya que la no rentabilidad de la producción de granos y las falsas esperanzas de un paternalismo oficial dejo de dar certidumbre al sector primario, que en los últimos 30 años con corrupción pudieron avanzar o al menos mantenerse en la actividad.
Aunque la mayoría de estos entienden que como nunca en la historia de la agricultura los productores enfrentan una triple crisis, como son las lluvias irregulares, la indiferencia de las autoridades y la incertidumbre respecto al precio de sus cosechas.
Hace poco más de 30 años ese sector de la actividad primaria obtuvo beneficios como el Procampo y luego Proagro, además de créditos con intereses manejables conforme a su inversión pero los tiempos son adversos para nuestros agricultores. En otros países reciben estímulos para que sigan siendo agricultores.

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