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Editoriales Off 79

Martín Sánchez Treviño

Los desafíos de las nuevas generaciones

Las previsiones de organismos internacionales y nacionales van tomando forma en el sentido de que cada vez se observan más cercanos los escenarios en rubros como la educación, en afectaciones psicológicas como resultado del confinamiento, donde se observan los daños más severos es en la economía de los países desarrollados y la crisis se agudiza en las regiones en vías de desarrollo o del tercer mundo.
En este sentido economistas del banco central europeo, estiman que la recuperación del producto interno bruto, podrían presentarse hasta finales del 2022. Asimismo señalan que el descenso del consumo es mayor es mayor a la circulación del virus.
Las demandas de recursos en México son cada vez mayores debido quizá al debilitamiento del salario mínimo, pues según un estudio del Inegi, durante el tercer trimestre del 2020, 32 millones de trabajadores mexicanos trabajaron por ingresos mensuales de 7 mil 393 pesos mensuales.
Lo que quiere decir, es que los ingresos de los trabajadores están pulverizados, quizá es una situación que ya predominaba pero que se manifestó por la presencia de la pandemia. Y aunque causa molestia la referencia a la enfermedad, pero si las dificultades económicas eran delicadas se agravaron por la falta de movilidad de las personas, pero sobre todos por la inmovilidad de las empresas en sus fases de productividad.
Y por otra parte, otras de las angustias de la población estriba no en cómo se podrá librara la batalla con el virus sino en que se trabajaran las nuevas generaciones de estudiantes que se preparan en las universidades y escuelas de nivel superior.
En definitiva los industriales y empresarios del país tienen claro que la incertidumbre es una de las tendencias nocivas para el fortalecimiento de la economía y por ello exploran alternativas de inversión. Aunque la falta de claridad en el rumbo es una constante.
No hay margen de comparación con las actividades de los políticos, que se desplazan de una región a otra del país y su tiempo lo invierten en organizar la estructura de sus organismos partidistas y de esa manera disponerse a buscar nuevamente el voto de la población.
Lo increíble es hasta ha cobrado mayor relevancia el quehacer político sobre las tareas económicas, cuando esta última debería predominar ya que tiene que ver con la productividad, los ingresos, el poder adquisitivo de la población.
Mientras que la política tiene como fines ponderar ideales fallidos que en décadas no ha consolidado un modelo de prosperidad para los gobernados de las administraciones emanadas de los organismos partidistas.
Una evidencia de la indiferencia partidista respecto a la población a que aseguran representar es el presupuestos aprobado y la cancelación de figuran importantes, que garantizaban la llegada de recursos a organismos no partidistas.

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