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Por Carlos López Arriaga
Trump y el umbral étnico
Cd. Victoria, Tam.- Digna de ADOLPH HITLER la aseveración de que los migrantes “envenenan la sangre” de Estados Unidos. Propio de la ultraderecha, ese culto a la pureza étnica, la fijación en linajes, estirpes, alcurnias y sangres puras de los presuntos bien nacidos.
Empresario mediático, alguna vez animador de reality shows, el expresidente y actual precandidato republicano DONALD TRUMP, conoce bien el nicho de mercado al que se dirige.
Predica el odio racista y xenófobo pensando en la vieja élite WASP (White, Anglo-Saxon, Protestant). En particular para los blancos pobres que se sienten desplazados por las culturas emergentes de afroamericanos, latinos, asiáticos, árabes.
Si son trabajadores agrícolas, los hispanos reemplazan a los rubios. En California y en Texas, la industria informática está poblada de indostanos y japoneses. En Nueva York las mafias rusas arrebatan territorios.
Pero TRUMP está en campaña por tercera vez. Derrotó en la primera (2016) a HILLARY CLINTON; perdió la segunda (2020) ante JOE BIDEN y volverá a competir contra BIDEN este 2024.
Estados Unidos se encuentra en transición irreversible hacia la diversidad étnica, cultural y lingüística, por un conjunto de factores que los propios gringos prohijaron.
Fueron ellos quienes impulsaron la importación de braceros latinos a empleos rudos que los trabajadores WASP rehuían: jornaleros, lavaplatos, albañiles, estibadores.
Por igual les atañe una responsabilidad directa ante las injustas relaciones de intercambio que secularmente empobrecieron al llamado tercer mundo, detonantes de las sucesivas olas migratorias. Y también, en buena medida, tras las tiranías impuestas por todo el mundo. Los gobernantes represivos, afines a sus intereses.
UN CASO PRÓXIMO
Aterrizando el tema en Tamaulipas, la Guardia Estatal informó el viernes pasado sobre el rescate de 13 migrantes sudamericanos privados de su libertad y retenidos en un hotel fronterizo. ¿Países de origen?… Venezuela, Ecuador y Colombia.
Desde luego, iban para Estados Unidos y aunque la delincuencia se los haya impedido, la experiencia indica que lo seguirán intentando. Sobre todo si encuentran resguardo en los albergues temporales del gobierno mexicano.
Diez mil personas por día cruzan la frontera norte, según el cálculo que en octubre pasado dio a conocer el presidente LÓPEZ OBRADOR, recogido puntualmente por la prensa estadounidense
Los indocumentados solamente siguen la vereda por donde se fuga la riqueza. De sur a norte, en pos de las metrópolis imperiales donde al menos tienen la posibilidad de encontrar mejores condiciones de vida.
Y tarde que temprano votan. El trabajador miserable guatemalteco o jamaiquino tendrá hijos que hablen inglés y se formen en el sistema educativo norteamericano. Con la oportunidad real de que los nietos ocupen cargos y hasta se postulen.
Realidad implacable ya mencionada en este espacio. Los blancos de origen europeo cuyo arribo a la Bahía de Massachusetts data de 1628, dejarán de ser mayoría para convertirse en primera minoría, por ahí del 2030.
Y cabe insistir que este cambio no solamente es étnico. Son otras religiones, también. Cuando el DALAI LAMA recorre California llena estadios de futbol americano.
Los centroeuropeos llegan con su catolicismo ortodoxo; quienes migran de América Latina transportan con ellos la fe católica romana, también practicada por los italianos. “Son papistas”, dicho en términos del señor LUTERO.
Esto, más la presencia judía, no tan numerosa, pero sí muy poderosa en el ámbito financiero. Ya es, incluso, un lugar común entre comediantes de cine y TV la presencia de taxistas paquistaníes en Nueva York (¡el 20%!), amén de los oriundos de China o Jamaica.
Y lo hemos visto en Hollywood desde su nacimiento. La más reciente intérprete de la superheroína llamada “Mujer Maravilla” (Wonder Woman) es GAL GADOT, nacida en Israel, con ascendencia polaca, austriaca, alemana y checa.
Aunque el mismo personaje ya fue encarnado en los años setenta por LYNDA CARTER, cuya madre, JUANITA CÓRDOVA, migró de Chihuahua a Phoenix, Arizona, en los cincuenta.
DISTOPÍA AMERICANA
Para los puristas de raza el panorama es harto complicado. Hacia dónde volteen se topan con extranjeros o sus descendientes. El padre de BARACK OBAMA llegó de Kenia, los progenitores de la vicepresidenta KAMALA HARRIS vinieron de la India.
Recién estrena NETFLIX (noviembre de 2023) la película “Dejar el mundo atrás” (Leave the World Behind) cuyo director, SAM ESMAIL, procede de familia egipcia asentada en Nueva Jersey. Filme basado en la novela del mismo nombre escrita por RUMAAN ALAM, cuyos padres llegaron de Bangladesh.
Lo llamativo de esta película es que figuren los nombres de BARACK y MICHELLE OBAMA, en calidad de productores ejecutivos, a través de su propia marca HIGHER GROUND.
Historia, por cierto, de suspenso apocalíptico, centrada en la fragilidad de la vida diaria, dependiente en grado extremo de la tecnología. Y también observa el desamparo de la gente cuando dichos servicios se interrumpen.
Narra un intento de golpe de estado que se habría orquestado desde la extrema derecha, empleando como estrategia la inmovilización de las redes digitales, telefonía celular, internet móvil y doméstico, medios electrónicos como televisión y radio.
La xenofobia de DONALD TRUMP, no obstante, ocupará un lugar principal en su campaña. Veremos como le responden en México donde, en efecto, habrá elecciones cinco meses antes de los comicios norteamericanos.
BUZÓN: lopezarriagamx@gmail.com
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