Agencias

Terminó la maldición de Rayados en el Gigante de Acero, se terminó el mito de la gallina y el equipo del Cerro de la Silla cobró revancha ante Tigres para demostrar que gigante de la Concachampions solo hay uno.

Con un juego práctico e inteligente y dominadores durante gran parte del juego, los albiazules empataron 1-1 ante la UANL, para beneficiarse del 2-1 global y levantarse con su cuarto título de la Concacaf en su estadio, donde hace año y medio Tigres les había ganado una Liga.

Después de unos minutos iniciales de estudio y respeto mutuo, el Monterrey dio el primer aviso de peligro con un centro por derecha de Dorlan Pabón que Carlos Salcedo intentó despejar pero que casi termina en autogol de no ser por un atajadón de Nahuel Guzmán.

La Pandilla siguió con un mejor funcionamiento y al 23’ Rodolfo Pizarro, que junto a Marcelo Barovero fue el mejor de Rayados, fue trabado en el área por el Chaka Rodríguez, por lo que el silbante Jair Marrufo marcó el penal que de inmediato tomó Nico Sánchez, quien cobró con sangre fría para el 1-0 en el encuentro y 2-0 global.

Para el complemento, Ricardo Ferretti mandó al terreno de juego a André-Pierre Gignac y a Javier Aquino en lugar de Eduardo Vargas y Jurgen Damm, quienes brillaron por su ausencia en el ataque de los universitarios durante los primeros 45 minutos.

El revulsivo le resultó a Tigres, que se adueñó del balón en el y fue más peligroso, por lo que salió a relucir la figura de Barovero al 55’, cuando Gignac remató de cabeza un servicio de Luis Rodríguez y el Trapito de mano izquierda realizó una atajada espectacular.

La polémica apareció al 62’, momento en que Layún cobró un tiro libre y Nahuel Guzmán en un exceso de confianza tomó la pelota con las manos y pareció entrar con todo y esférica a su meta, pero el asistente número indicó que no se había rebasado la línea de gol.

Al 69’ ya con un equipo de la UANL volcado al ataque, Funes Mori estuvo a punto de hacer un golazo desde tres cuartos de cancha al ver adelantado al Patón Guzmán. Pero el balón pegó en el travesaño y Pabón falló en el contrarremate.

Diego Alonso y los Rayados se dedicaron a aguantar al rival, esperando el momento oportuno para matar a un tigre herido. Vinieron los cambios defensivos del Monterrey para cerrar los espacios con los ingresos de César Montes y Jonathan González.

Pero justo cuando Nico Sánchez volvía de la banda, donde fue atendido por una herida en el rostro, el superastro francés apareció.

Gignac al 84’ realizó una espectacular tijera para acercar a Tigres y ponerle dramatismo al cierre del encuentro, con unos felinos volcados sobre el arco de Barovero, aunque con el silbatazo final se sentenció la final para el Monterrey.