Ráfaga Deportiva

Editoriales 0 70

Juan Manuel Alonzo Robledo

MUY BUEN DIA…..Hoy les contaré una historia distinta, pues había un Pueblo donde los habitantes estaban cansados de los malos manejos y despilfarros de quien mandaba y por ello, al hacer la búsqueda de una alternativa para sustituir ese sistema, fue que finalmente los pueblerinos se volcaron hacia otra opción en busca de solucionar los vicios y actitudes que por años les agobiaban.

Y efectivamente, esa rebelión rindió el fruto que esperaban los pobladores, quienes veían así como se rompían las cadenas que ellos sentían, rezagaban el progreso.
En materia deportiva, aquella administración heredaba un equipo amado, admirado, al grado de idolatrarlo, pero que, por malos manejos siempre había sido comparsa de los competidores que mediante dinero o influencia terminaban sacando provecho y dejando al resto como meros espectadores.

Los pobladores querían, es más, rogaban por todos los medios que ahora sí, con el cambio obtenido, hubiera una sacudida y pudiera entonces cumplirse de una buena vez, la posibilidad de llegar a codearse con los mejores de la competencia. Casi juraban que ese cambio logrado permearía en la estructura del equipo “para bien”.

Cual sería la sorpresa de los que otrora invocaron la llegada mesiánica de ese nuevo gobernante, pues con un dejo de indiferencia, las cosas en el equipo siguieron su curso sin novedad; empeorando al grado de ponerlos al borde del precipicio, repitiendo los mismos errores y vicios de otras administraciones.

El improvisado líder que pusieron al frente de ese equipo amado buscaba siempre una salida, un culpable y un pretexto, queriéndose lavar las manos por lo que ocurría, sin entender que gran parte de la problemática era su responsabilidad al asumir el reto, el mismo que tomaba con actitud evasiva, así como aversión con medios y aficionados, quienes desesperados por su proceder, pedían que reflexionara o dejara su cargo a alguien comprometido a hacer las cosas en forma distinta.

Sin embargo, la petición de los aficionados no era tomada en cuenta, porque ser “amigo” de alguien, le daba para fanfarronear en reuniones y hasta para jactarse de que lo hacía bien, cuando a ojos vistos, estaba fracasando tanto como sus predecesores.

Aparecieron entonces asesores del líder del “cambio” y recomendaron apuntar hacia otra dirección, mover influencias y pensar en la alternativa de dejar a la deriva a ese amado equipo, por considerarlo una carga; proponiendo entonces dirigir sus esfuerzos para convencer un par de directivos amigos de otro deporte e incursionar en un cambio de timón y disciplina.

Es decir, borrar de golpe y sin mayor pronunciamiento lo que era una tradición y representaba el espectáculo más importante del pueblo; forzándolos a “adoptar” otro deporte como propio, hiriendo así el afecto que por años acumuló el golpeado escuadrón ante los miles y miles de seguidores.

Decepcionados, los pueblerinos terminaron perdiendo a su amado equipo gracias al cúmulo de errores, actitudes y malas decisiones, de quienes ellos pensaron serían solución y terminaron convirtiéndose en parte de un problema mayor.

Lo bueno de esta historia es que no tiene nada que ver con la actualidad de lo que se vive en nuestro querido estado, pero quise compartirlo como mera parte de un anecdotario….HASTA LA PROXIMA.

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