Ráfaga Deportiva

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Por Juan Manuel Alonzo Robledo

“Si tienes miedo de fracasar, no te mereces ser exitoso”: Charles Barkley.
MUY BUEN DIA….Comenzar siempre es difícil, pero cuando anhelas o sueñas por mucho tiempo llegar a un lugar, no será sino hasta que cumplas ese objetivo, cuando entenderás el porque de tantos sacrificios.
Recuerdo que durante la presidencia de Armando Arce Serna y Francisco Filizola, sonó muchas veces la posibilidad de que Ricardo Rayas se enfundará en la playera universitaria como entrenador, sin embargo, por situaciones contractuales, finalmente no llegaba a tomar la batuta del Club que le hizo jugar la fatídica final del 97 en donde cayeron con los Tigres de la UANL, quienes consiguieron el titulo y el codiciado ascenso al máximo circuito.
   Digo esto, porque Rayas soñaba y pujaba fuerte cada vez que tenía oportunidad de ser fichado por  la UAT, sentía que tenia una cuenta pendiente y como entrenador podría devolver algo del cariño que cosechó en su estancia como defensa central del equipo victorense.
  Sin embargo, creo que el haber llegado por recomendación de Rafa Flores, le ha dado cierto confort al surgido del León y eso se refleja en la irregularidad que ha mostrado, a diferencia de otros equipos, en donde inclusive aspiraba a conseguir el superliderato como mínimo.
   Hoy Rayas disfraza en su “simpatía”, el nerviosismo de sentir que no ha dado el ancho en la dirección técnica, pues aquel que fuera triunfador en otros equipos, se ha convertido en “uno mas” de los que habitan en el Ascenso, tal vez abrumado por la lamentable noticia a principio del torneo anterior, cuando le dieron las gracias a Correcaminos en sus aspiraciones por conseguir una plaza en la Liga MX, argumentando el aforo del estadio con una cifra que ronda los 8,000 aficionados extras para poder incluirlo entre las franquicias que tienen derecho de actuar en la Liga MX.
  Que difícil debe ser para el estratega levantarse todos los días y buscar una motivación que justifique su estancia en esta plaza, pues el prioritario objetivo de ir a Primera no lo es mas y estar condenado a la mediocridad de “vegetar” en una división como esta, nunca fue su meta en el futbol ni las condiciones que esperaba en su retorno a Ciudad Victoria; pues actualmente el Ascenso MX es un torneo donde se exhibe a quienes no tienen argumentos deportivos y económicos para ser bien visto por la FMF y Correcaminos (aunque duela decirlo) no cumple con ninguno de los dos.
   Al terminar la penosa actuación ante Juárez con un gris 0-0, pudimos constatar la metamorfosis que ha sifrido el entrenador de Correcaminos; en esa ocasión quiso lucir fortalecido pese al deprimente resultado obtenido (incluido un penal fallado) y al ser cuestionado sobre su futuro inmediato, Rayas no se comprometió a ganar el Clásico ante el acérrimo rival Tampico; es mas, copió la trillada frase que sus antecesores utilizaron con un magro y cómodo: “Prometo trabajar”, esa que suena hueca y que todos los aficionados durante mas de 20 años han escuchado y que atestiguado por medios de comunicación victorenses ya sabemos como termina.
  Los clásicos son pasión, son compromiso con la institución que depositó la confianza en tu capacidad y lo digo no solo por aquellos que patean el balón, sino también por el duelo aparte, donde un Técnico tiene la obligación de ser evaluado en su capacidad tras encarar un partido de tanta importancia.
   Nada más doloroso que perder ante el acérrimo enemigo deportivo de tu institución, estos duelos se juegan con todo lo que traigan los elegidos, ahí se suda durante 90 minutos y les aseguro que ninguno de los protagonistas quiere cargar con la derrota o al menos así debería de ser; pues aunque los mediocres quieran disfrazar las rivalidades con frases seductoras que le quiten morbo, al final, quienes sufren y pagan las consecuencias son los aficionados.  Esos entre los cuales muchos ignoran que en la actualidad no hay posibilidad de ascender y otros pese a saberlo, siguen al pie del cañón, en espera de un símbolo mesiánico, sea DT o jugador.
  Rayas se jactó de afirmar que nadie viene al Club sin su autorización, pero el problema no es que lleguen, sino que vengan a dar un plus a lo que hasta el momento exhiben, porque traer jugadores a calentar banca pareciera mas un negocio de algún representante o directivo, que una razonable justificación para el equipo que los contrata. HASTA LA PRÓXIMA.

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